domingo, 25 de septiembre de 2011
jueves, 1 de septiembre de 2011
Petición aguda
Sácame esta otitis cuosa de ralímo ensimismado, te cuento, así, que a veces doy pasos, cada tres voy al costado, miro a través del vidrio. Ya no estás. La risa no me alcanza para recordarte, retenerte, decirte que regreses un ratito, aunque no pueda tocarte, sí, que regreses ahorita, a ver si te apareces un segundo y yo te miro y te pregunto y tú me dices y me cuentas y me ríes, y me haces la mueca de que no me preocupe, así como antes. Te prometo que no le digo a nadie, no se como prometerte y que me hagas caso, solo ahora, solo hoy ahora que no hay nadie. En vano busqué tus manos en las de ella. No se puede, tus garritas. A dónde se van todos entonces, no importa mucho si luego ya no hay forma de encontrarnos. Ay lelita, cuando lloro así a veces ya no me importa nada, me convierto en pura melcocha recalcitrada, toda yo y envuelta en mi cama, ya te pido, porfis, aunque sea, jálame las patas.
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