Veo cómo te esfuerzas, animal de otros dientes. Es como si rasguñaras con cada palabra solo para saber que estas rasguñando. Es que esto, desde lo que te hablo, no lo tienes, sabes bien. Cuántas veces te vi así, llorando, desde la no palabra, desde el moco enternecido, desde todo eso que te enorgullecía tanto pero que, por deber, me pedías que te limpie.
Ay, cuánto ha pasado y no sabes, cuánto ha pasado y ha pasado. Es tan fácil ahora, ya, predecirte, desde la muerte. Nunca serás poeta, ahora lo compruebo. Si serás, serás otra cosa. Naciste al lado de uno y tal vez eso te confunde. No eres tú, por eso es que no puedes, ¿No te das cuenta?
Tu no escribes,lames el papel con ojos que miran, escandalosamente, hacia adentro.
¿No te has encontrado preguntándote por qué nunca te han servido mucho las manos, las yemas de los dedos?
Recién entiendo en qué infierno sin soledad estas metido que no aprendiste a estar solo acompañado de otro. Ahora veo lo maldito del doble milagro. Pobre tú. Qué tal mierda hermano.
No hay comentarios:
Publicar un comentario