Un hombre con los pies mojados, no mira su barba, chorrea su alfombra. Asústate porque es lo que viene de orígenes sin sombras. Ya no hacen falta tus papeles inflados de color y exhaustos de cielo. Llueve como lo que se llora, llora como lo que lanzas, de lo libre a lo perdido.
Todos tenemos madre y si nos la matan nos acordamos, desde lo niño, desde el esófago, bien adentro.
Cuántas veces te pedí un poco de esa tierra, de tus uñas, de ese pliegue de tus dedos.
Cuántas veces te llamé cabra y vendé tus ojos con hierro firme
Y ahora las manos hechas ancas resbalan en tu universo a quien se ríe.
A quien le importaría babosear ese perro muerto
Los que nacen sin manitos ya no pueden ser tiernos
Aguja que se introduce lentamente
Te veo y sonríes porque eso eres
La piel no se dibuja entre mis dientes
Habría que tener menos de loco y más de perro
Solo así
En que las letras se vuelven dúplex y pared
No te pregunta y te dan la vuelta, mueve tu falta, que se usa.
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